La vida en constante evolución
Entre aciertos y desaciertos estamos sometidos los humanos, este año no fue la excepción de ello; pero con el enorme compromiso consigo mismo de seguir avanzado por la senda de buscar un mejor vivir y aportar significativamente a la vida de quienes nos necesitan.
La satisfacción de ayudar a los demás a su formación es algo maravilloso, desde cualquier punto de vista, del lugar en que nos encontremos podemos aportar a partir del ejemplo.
El ejercicio de aportar al bien común implica desligarse en circunstancias de lo personal e individual, por cuanto la necesidad de los humanos siempre va concatenado a la cadena alimenticia; es decir, jamás nos podremos realizar solos, sin la ayuda de los demás.
Entendí lo anterior en el discurrir de la vida, en el ego interno, es allí cuando empiezas a deliberar e ir determinando los factores exógenos de la personalidad, que esos factores nos conducen a la lucha constante con los factores endógenos del ser humano.
Aprender a desaprender es de lo más característico que nos podamos topar con las diferentes formas de ver las cosas en los humanos, en eso radica la literalidad y formas periféricas de entender y hacer las cosas, lo que para unos es más sencillo llegar y hacer algo, para otros no lo es tanto; a una buena parte nos gusta lo complejo.
La tesis y antítesis descansan en la síntesis, lo que las razones argumentativas difieren entre sí, pues esta última les impregna un sentido mucho más profundo a las dos teorías inicialmente planteadas. Indico esto con el objeto de establecer un ejemplo claro al modo de ver y analizar las cosas en los diferentes contextos entre unos y otros. No somos iguales y eso es lo hermoso de ser diferentes aun teniendo los mismos órganos y sentidos.
Las disyuntivas existenciales son las que embargan a las naciones, son ellas las que nos han dividido, con la enorme irresponsabilidad de quedarnos habitando ese mundo, las cuales han permitido dilatar las formas de vivir en guerras sin fines alentadores, pero en la evolución de nuestros eruditos conocimientos se debe ir avanzando en la construcción de las nuevas dinámicas sociales que permitan adaptarnos a los nuevos usos y fines sociales vanguardistas de las próximas generaciones.
Razones de fondo tenemos los humanos para seguir en la tarea de aprender, idear, dirigir, abogar, satisfacer, ayudar, solidarizar, gobernar y administrar un mundo de desafíos y retos hasta someternos al imperio de la paz, armonía y hermandad.
Proyectemos a ser garantes de criar a nuestros hijos con la enorme responsabilidad que eso conlleva, desde la formación de nuestro núcleo familiar despenden nuestras futuras sociedades.
A Todos les deseo una maravillosa navidad, prosperidad en los años venideros, al igual que a todos sus familiares, amigos y conocidos; que la paz, armonía y salud reinen en cada uno de sus hogares.
Elio Alberto Rodríguez González
Abogado
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