Los espacios de participación ciudadana
- Wilger Medina Rebolledo
- 28 may
- 3 Min. de lectura

Por el Profesor Wilger Medina
La legitimidad de la Participación Ciudadana reside en la idea, de que los ciudadanos tienen derecho a influir en la toma de decisiones públicas, y ser parte activa del Gobierno local, es un pilar fundamental de la democracia representativa, por lo qué, permite que la sociedad se involucre en la gestión pública y controle el poder.
Un espacio de participación ciudadana, en su esencia, es un ámbito inspirador en el que los ciudadanos, se involucran activamente en la toma de las decisiones en la gestión de asuntos públicos, las personas se implican y corresponsabilizan de la implementación y las posibles soluciones, por lo tanto, no se puede generar confusión, el guion para la discusión donde se contienden temas de interés público debe ser objetivo, especifico, se trata de escuchar y reconocer los exhortos que infunden los ciudadanos en función de resolver la necesidad o problema evidenciado.
Cuando la disertación esta movida o incentivada, por las razones plausibles, aparece la justicia como un órgano legitimador del Gobierno, mejorando la confianza y la transparencia convirtiendo el mecanismo de participación, en un Modelo de Gobierno Constituyente, basado en los argumentos de la Gobernanza legitima que, provienen de la Ciudadanía, los Particulares y el Estado.
Dichos espacios propenden por hacer que las autoridades sean mucho más responsables con sus investiduras, en función del ciudadano, y de los respectivos compromisos que se desprenden de la democracia representativa, no se puede tratar de confundir a los participantes, con un espacio para la extensión del activismo político, lo cual ridiculiza a su impulsor y desdibuja la calidad inspiradora del espacio, en tanto, lo pone repleto de impurezas distractoras y no le sirve de arquetipo para que decante la posible solución y/o la necesidad objeto de la disertación.
Cuando el fomento de la participación ciudadana proviene de las autoridades locales, se anima la institucionalidad para la toma de decisiones, hay un mayor grado de legitimidad, con lo cual se mejora la gestión administrativa pública, se genera un acto en su propia defensa, por la activa y comprometida participación ciudadana, la vocería de los ciudadanos empodera y activa la construcción de una mejor calidad para la convivencia.
Las razones expuestas, solicitadas como justicia e invocadas por los ciudadanos, no sólo están respaldada por los votos expuestos, sino, porque es un derecho fundamental, asegurando el debido control de la función administrativa pública, con cargo a que se cumpla de manera transparente, buscando eficacia en los resultados. Además de que, se mejore la Gobernabilidad.
Los espacios de participación ciudadana no persiguen, situaciones particulares, mucho menos enjuician comportamientos y conductas políticas, sus acciones se legitiman por ayudar a que se oriente la gestión pública, en función de sus principios constitucionales y legales. Porque la moralidad importa mucho.
Cuando los Gobiernos incentivan, el Modelo de Participación Ciudadana, de forma objetiva, instituyen y propician los espacios lejos de las emociones, éstos encuentran los argumentos legítimos promovidos por la idoneidad y competencia institucional, las razones como testimonios de la controversia se justifican, aumentando la cohesión entre los miembros del territorio, reconociendo en el instrumentalizador mecanismo, atributos articuladores, delimitando la lucha con un ahínco genuino, como diciendo la “cosa” es en esta dirección.
Así las cosas, los soslayos recurrentes a emocionales encuentros, no tienen lugar en estos espacios, en tanto, desdibujan la efectiva participación ciudadana como un mecanismo de solución de sus propias demandas, los procesos sociales participativos vinculan siempre elementos que cohesionan la sociedad mejorando la calidad de vida de los conciudadanos.
Medellín, mayo 24 del 2025
Email: wmedinarebolledo@yahoo.com
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