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Foto del escritorJuan Francisco Delgado Cuadrado

Pérdida autonomía


Cuando se hablo de autonomía se me viene a la mente alguien que tiene todas las facultades mentales para tomar sus propias decisiones en forma independiente; o sea no depender de nadie que le sugiera o le ordene tales .formas de actuar. La autonomía es la capacidad que tiene la persona para tomar sus propias decisiones.


De lo anterior se desprende el temor que tienen las personas mayores de edad porque en la medida que va envejeciendo va perdiendo la capacidad de decidir de manera autónoma o independiente.


Tenga o no bienes que lo respalden, es el caso de los adultos mayores que reciben apoyo del gobierno al momento de cobrar ése recurso le sobran ayudas, ahí le sobran los acompañantes, pero si por desgracia no cuenta con ninguna ayuda le falta quien pueda darle una colaboración que solvente sus necesidades.


Ejemplos abundan con los casos de quienes están en familia en acción el día del pago le sobran atenciones de familiares cercanos como: nietos, sobrinos, yernos y demás que se encuentran al lado de este personaje.

La situación se grava si la persona tiene bienes raíces, cuentas bancarias, propiedades en la bolsa o simplemente una o varias casas de gran valor. Y si cuenta con varios hijos todos tienen los ojos puestos en esos bienes.


Allí se inicia el calvario para ese adulto porque no falta el hijo o la hija que sugiera que ya su papá o su mamá está muy viejo (a) para salir solo, para manejar cuentas bancarias o recibir Canon de arriendo. Pero eso no es lo más grave, si no cuando deciden llevarlo a un ancianato o sea sacarlo de la vivienda donde ha permanecido toda su vida.


Conocí la historia de una viuda que perdió su casa por causa de una avalancha del río que fue su compañía por largos años y una mañana de diciembre cuando menos lo esperaba el rio se salió el de su cause llevándose todo a su paso incluyendo la casa de la señora mencionada; a raíz de lo anterior dicha señora quedó en la calle con los pocos enseres que los vecinos pudieron rescatar de la fuerte investida de la fuerza de las aguas.


Una hija la recogió la alojó en su casa (casa de la hija). Todo iba muy bien aparentemente; pero la señora en su interior sufría lo indecible, como casi siempre sucede la señora no le contaba nada a su hija para que ésta no se preocupara, el caso es al cabo varios meses la señora se agravó y falleció; muchos pensaron que lo acaecido era por su enfermedad, pero otros creen que lo ocurrido era por la perdida de la casa.


Dicha señora se enfermó sin que nadie supiera la causa que la aquejaba, pero nadie se tomó el trabajo de indagar el motivo real, lo que se comenta es que la principal razón fue pena moral por falta de autonomía ya que otros personas toman decisiones sin tener en cuenta la opinión de la interesada, caso muy frecuente que por desgracia sufren los adultos octagenarios


O sea perdió su autonomía y eso no lo tienen en cuenta los hijos que creen que le hacen un gran favor a sus padres llevarlos a depender de ellos o a prohibirle que hagan algunos oficios que a ellos le dan satisfacción o placer.


Dicho de otra manera cuando sacan a un viejo o a una vieja de su acostumbrada residencia le están haciendo un terrible mal; puesto que lo están alejado de todos los recuerdos, de los distintos lugares de su vivienda donde ha pasado sus buenos y malos momentos de su vida.


Por ello es que a cada instante se dice que recordar es vivir.


Casi todas las personas mayores tienen un sitio donde guardan sus objetos (san Alejo), es un sitio fijo para cuando lo requieren van sin titubeo y lo encuentran, eso no lo puede hacer en casa ajena. Menos si sienten la necesidad de deshacerse de un aire o simplemente de pedo, floto o gas intestinal, tampoco lo pueden hacerlo con la tranquilidad que lo hacia en su morada, por estar en un lugar ajeno.

Tener cada cosa en su lugar predeterminado, o cada objeto en un sitio definido; así se facilita la vida de los adultos, por ello en la cocina de una mujer adulta no es permitido cambiar de lugar las cosas.


Ahora viene a mi mente el caso de una señora que tenia siete totumas en su cocina, cada totuma tenia su destino, ejemplo una para el agua hervida, otra para el agua de uso corriente, otra para tomar agua, otra para café, otra para la leche, en fin; a sí todo en su sitio y su destino, ni lo permita Dios que le traspusieran alguna de esas totumas, se arma la gazapera en ese lugar; puesto no solo se limpia todo sino que se busca en cada rincón hasta encontrar el objeto extraviado.


Ahora que ya lo sabes porque te lo dice un viejo, te hago esta pregunta ¿serías capaz de mover a tus padres de esa casa donde te vio nacer, crecer y dar tus primeros pasos, oir tus primeras palabras, te ayudó a pararte cuando te caías y no te podías parar?. Si tu respuesta es a sí revísate porque todo joven está condenado a ser viejo y también perderás la autonomía .

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