Reactivación económica territorial
Por: el Profesor Wilger Medina Rebolledo
El esfuerzo debe digerirse hacia posibilitar los ingresos individuales de las personas, en tanto, son determinantes para dinamizar la economía local y mejorar la calidad de vida de los hogares.
Con la declaración de la Pandemia en el mundo, producida por el COVID- 19, específicamente en Colombia, se registró el primer caso el 6 de marzo de 2020, con ello, la primera muerte, diez días después, con la inminente propagación del virus en el territorio, el mundo cambió, en su naturaleza, relaciones mercantiles, humanas, finanzas, alimentación, economía, educación, sistemas de salud. Afectó sustancialmente las formas de ofrecer y recibir los servicios, en los bancos, almacenes, restaurantes, compraventa, talleres de mecánicas, en fin, en muchos sectores y frentes.
Los respectivos niveles de gobierno tomaron medidas para luchar con la nueva realidad en el territorio, el Sistema de Salud se afectó hasta llegar a horizontes frágiles. Las familias disminuyeron sus ingresos, afectando negativamente su capacidad adquisitiva y de calidad de vida, llegando a sumar muchos hogares en pobreza y extrema pobreza, producto del aislamiento preventivo decretado a nivel nacional desde el 25 de marzo de 2020.
Después de algunos aprendizajes para convivir con el Virus, lavado de manos, tapabocas, distanciamiento social, uso permanente de alcohol, se comenzó a levantar las restricciones y a implementar medidas de reactivación de la sociedad, y… por supuesto la dinámica económica; la situación se tornaba insostenible tanto para la institucionalidad que soportaba las decisiones así como para las personas, los efectos socioeconómicos desfavorables derivados de la transversalidad del fenómeno eran indefendibles por los sectores públicos y privados.
El Gobierno nacional, siguiendo estrictas recomendaciones científicas de la Organización Mundial de la Salud - OMS (2020), como respuesta a la situación calamitosa, especialmente de salud, bajo la figura excepcional de emergencia sanitaria, definió medidas tratando de proteger la vida y el bienestar de los colombianos, pero su alcance no ha sido suficiente para proteger directamente los ingresos de las personas en los territorios.
Inicialmente, existía una especie de dualidad, entre si proteger la vida a través de la salud, o la economía a través la industria, el comercio y demás factores de producción que dinamizan la riqueza y aumentan el patrimonio.
Un año después, ya con el proceso de vacunación en desarrollo y otros elementos de contención del Virus, las prioridades han ido cambiando, lo más importante es generar ingresos personales para determinar, la calidad de vida y el relacionamiento socioeconómico de las familias.
Así la cosas, las relaciones intergubernamentales, especialmente las que definen las finanzas públicas y el presupuesto entre los Municipios y Gobierno Nacional, Sistema General de Participaciones – SGP, también deben ser objeto de análisis para disponer cambios y flexibilización en su aplicación y uso, sobre todo en los territorios que específicamente tienen una alta dependencia de las mismas, la severidad de la destinación específica de los recursos, hace inamovible su disponibilidad para atender la necesidad de ingresos que demandan las personas en situación de pobreza y extrema pobreza.
El compromiso con los ingresos de los hogares debe ser una decisión de infinita solidaridad e inteligencia, va más allá de la rigidez institucional, se trata de la sobrevivencia del ser humano, en tanto, éstas obedecen a disposiciones específicas en el uso de los recursos, ello no permite la liberación del dinero y la movilidad de los mismos para ofrecer unos mínimos vitales a las personas y hogares, que solventen la capacidad de compra para acudir al mercado en la satisfacción de las necesidades básicas.
Los entes territoriales en procura de la reactivación de la economía local, con observancia de su respectiva vocación económica deben estructurar planes que ayuden a la circulación de recursos en sus pueblos, entre sus habitantes, para agilizar las dinámicas de mercado. Lo contrario, afecta las finanzas municipales.
Las capitales de los departamentos saldrán a adquirir deuda en el sector financiero y apoyar a sus entidades descentralizadas que les sirven de agencias, para el sostén de las personas que soportan las ofertas y dinámicas propias de cada territorio.
Los Municipios con alta dependencia financiera de los recursos, provenientes de manera automática de la Nación, deben hacer esfuerzos extraordinarios para conseguir aplicabilidad de los dineros de libre destinación que les permitan generar empleo, ésta es la razón principal, por la que debe haber una especie de flexibilización discrecional, para poder estructurar fórmulas que le ayuden a la reactivación económica en sus respectivos territorios.
La lucha de las autoridades gubernamentales debe ser por garantizar el ingreso de las personas, preferiblemente con la generación de empleos.
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