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El Primer Sacerdote que ha Tenido Arboletes, German Urango Correa



El sol caía fuerte sobre las calles pavimentadas del pueblo. Salí de mi casa con la mochila terciada en el hombro después de despedirme de mi madre y de la muchacha que nos colabora en la casa.


“Bendición mamá”- le dije y ella me respondió haciendo la Santa Cruz con su mano temblorosa - “Dios te bendiga hijo”.


El pavimento estaba caliente, mientras recorría las calles que de mi casa conducen al parque evocaba aquellos tiempos en que corría por las calles polvorientas con un sol menos “arrecho” como dicen los santandereanos, o cuando corría con mis amigos de infancia pateando una pelota por las calles llenas de lodo y bajo un torrencial aguacero.


Me trajo a la realidad el grito de los pregoneros que se agrupan en el transporte llamando a los viajeros -“Montería, Montería”- gritan unos -“El Carmelo, Trinidad, Candelaria, La Toyoza” - gritan otros.


El pito ensordecedor de una moto me hizo caer en cuenta que iba por la mitad de la calle y no por el andén. Llegue al parque y llame a Jacobito, un amigo de infancia que ahora es mototaxista. “Llévame a Las Tinas” - le dije y me monte de parrillero.


En el transcurso del viaje Jacobito me habló de su estadía en la marina de Cartagena y que en una ocasión ayudó a un grupo de arboleteros que fueron allá para ver una velada de boxeo donde peleaba Zenón Silgado alias “puya nube”, Arboletero, campeón nacional, rankeado mundialmente por la Asociación Mundial de Boxeo - AMB; y sus paisanos se encontraban en lo último de la fila y él, Jacobito los hizo entrar de primero y en una mejor tribuna, terminó su anécdota con las palabras “ya llegamos”, le pague la carrera.


-¿Dónde vive la señora Elsa María Urango Correa?, les pregunté a unos niños que se encontraban en la orilla de la carretera.

-“Es mi abuela”- me respondió uno de ellos.

-“Llévame donde ella” - dije


Caminamos un trayecto del camino con balastro, después subimos una loma de pura tierra con varias grietas que formaba el agua de la lluvia haciendo su recorrido loma abajo buscando donde desembocar. Entramos a una casa de material, llena de matas florecidas, rodeada de muchos árboles y un piso en baldosa brillante.


Me dio pena ensuciar semejante piso resplandeciente y me devolví a quitarme las abarcas sucias por el polvo de la caminata. Entre y salude como lo hacían mis abuelos y mis tíos “hue la gente”; a mi saludo respondió una señora y otra más joven “Estamos desayunando” me gritaron.


Me senté en una silla a esperar y a contemplar el paisaje que me ofrecía la naturaleza, unas palmeras que se movían al vaivén de la brisa como lo hace el cuerpo de una mujer costeña bailando cumbia. A lo lejos un inmenso mar cuyas aguas tranquilas hasta el horizonte se dividen en colores, un silencio y el viento fresco como dice mi compadre Poncho Zuleta en su canción.


- “Buenos días” - me saludaron, me presenté y les comente el motivo de mi visita.


Doña Elsa, una mujer robusta de más o menos 65 años de edad, de piel trigueña, ojos negros y pelo lizo me dijo: “yo soy hermana del padre German”.


Me contó que German nació el 8 de abril del año 1952 en La Toyoza, vereda del corregimiento la Candelaria del municipio de Arboletes, hijo de Rafael y Delfina, era el tercero de cuatro hermanos. De adolescente se vino a terminar la primaria y continuar su bachillerato en la cabecera municipal.


El sacerdote de la época le ayudó para que viviera de interno en el hogar juvenil donde hacía los mandados, los oficios, lavaba y lustraba los zapatos de sus compañeros internos para ganarse un poco de dinero y así ayudar a sus padres para costearse sus estudios. También vivió un tiempo en la casa cural colaborando como sacristán y ayudando en los oficios para no ver truncado sus estudios.


German se caracterizó por su humildad, su nobleza, y por su personalidad pacífica, no era amante de los conflictos ni de las actividades deportivas, pero siempre fue muy servicial con las personas que le solicitaban un favor.


El sacerdote de la época, cuyo nombre no recuerda Elsa, lo llevó al seminario de Buga La Grande, donde continuó lavando la ropa y lustrando los zapatos de sus compañeros para comprar la crema dental, desodorante y demás artículos de aseo personal y uno que otro texto correspondiente a sus estudios.


El 3 de diciembre de 1983 se ordenó como sacerdote en la Catedral de San Pedro de Buga, por el primer obispo de la Diócesis Julián Mendoza Guerrero. Realizó su primera misa como sacerdote en la iglesia La Inmaculada del municipio de Arboletes, donde celebró misas e impartió el sacramento del bautismo a muchos niños de La Toyoza.


Ejerció como líder espiritual de la iglesia de La Habana, el corregimiento más importante de Buga y luego en la parroquia de San Judas, en Caicedonia. Luego regresó a Buga para asumir la parroquia del Perpetuo Socorro de Buga, en donde permaneció tres años, después fue designado como párroco en Andalucía.


El padre German terminó sus servicios sacerdotales en el municipio de Andalucía Valle, pueblo que lo acogió por su vocación de servicio; trabajo por las comunidades más pobres y el interés de trabajar por su parroquia y le ayudó a sus sobrinos y algunos familiares con sus estudios.


Después de 15 años de servicios sacerdotales en varios municipios del Valle, el 1 de abril del año 1998, sufrió un atentado que le ocasionó la muerte; fue enterrado en el cementerio de Arboletes y sus restos reposan en un osario de la iglesia La Inmaculada del municipio.



Según el reportaje sobre su muerte del periódico El Tiempo del 7 de junio de 1988, la nota predominante en la investigación, que corrió por cuenta del fiscal 28 seccional, Gustavo Adolfo Guevara, es el hermetismo entre la ciudadanía. La misma que lo lloró el 1 de abril cuando se reportó el hallazgo de su cadáver en un cañaduzal del ingenio San Carlos, corregimiento Campoalegre, sur de Tuluá.


Son varios los motivos que se especulan que pudieron ocasionar el atentado como un posible robo de vehículo, venganzas personales, sectas satánicas o que puede ser víctima del paramilitarismo.


En la nota de El Tiempo, una de las personas que colabora con la parroquia, reconoció que, previamente autorizado por la Diócesis de Buga, el sacerdote hacía conjuros contra espíritus malignos.

- “Él salió el 31 de marzo en la noche, faltando cinco minutos para las nueve. Iba en el vehículo Corsa 97, de matrícula LUV 627, rojo. Incluso con un grupo de colaboradores de la parroquia, nos quedamos viendo el partido de fútbol que se transmitía. No sabemos hacia dónde se dirigió. Ya en la mañana notamos su ausencia, incluso desconocíamos si él había madrugado para Buga a cumplir muy temprano una cita con monseñor Rodrigo Arango Velásquez, obispo de la Diócesis, dijo un colaborador de la parroquia” - Se lee en el periódico.

Desde el día de su muerte a la fecha, en Andalucía Valle hay feligreses que veneran al padre German, que le tienen altar con sus fotos y velas porque él les ha concedido milagros.

De estos supuestos milagros no se ha podido establecer comunicación con los beneficiados.


Unas lágrimas de doña Elsa hacen que ella suspenda la charla, su hija Isabel que siempre nos acompañó escuchando y corrigiendo a su mamá, salió a buscar fotos del padre German. Me dejaron tomarle una foto con el celular a la foto enmarcada en vidrio a blanco y negro donde aparece el padre German en medio de sus progenitores el día su ordenamiento como sacerdote.


Me despedí agradeciendo su charla.


- “¿En qué se va a regresar? El pueblo queda a 5 kilómetros” me dice Isabel

- “voy a esperar una moto en la carretera” le respondí

- “Es difícil por aquí muy poco pasan” me replica ella.


Me despedí, me puse mis abarcas llenas de polvo y mientras bajaba a la carretera pensaba en esos 5 kilómetros y el sol caliente que debía recorrer para regresar al pueblo. Cuando llegue a la carretera divise una moto que venía, le puse la mano para que parara,


- “Voy al pueblo” le dije al muchacho que manejaba la moto

- “Móntese” me respondio


Mientras hacíamos el recorrido al pueblo pensé: ¿no sería el padre German que me envió esta moto?

Por: Oscar Villalba Paternina.

Esp en gestión pública de la Esap y Esp en Gerencia educativa U Católica de Manizales.

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