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La vida, llénala de influenciadores reales


Por: El Profesor Wilger Medina Rebolledo


La vida es el centro de una estrella que tiene muchas aristas, que se constituyen en elementos asociados a la satisfacción de la misma, la familia, el trabajo, la política, la religión, los amigos, el estudio, los libros, la lectura, el tiempo libre, entre otros.


Estos elementos son influenciadores reales, no de percepción, influyen en el comportamiento de los hombres y mujeres, producen un impacto en el entorno, por naturaleza hacen inclinar la balanza indirectamente en las sensaciones que definen la calidad de vida y el entorno.


La vida se puede dimensionar como un deposito, como un vaso, como un recipiente de agua que se va llenando y llega el momento en que puede rebosar y como tal incide en la actuación de aquellos que cumplimos la bella labor desde el servicio público en calidad de empleados u otras labores sociales.

Ahora bien, las actitudes afectan a las percepciones, en el entendido de que éstas se nutren de los sentimientos y supuestos que son determinantes en gran medida de la inteligencia emocional de las personas respecto de su entorno, el compromiso con las acciones previstas, los cumplimientos, los apremios, conducen un estrés influyente y enmarcan una disposición mental, provocada por una gran carga emocional, que define la forma en que se pueden ver las cosas.


La Ventana de Jaharí, con sus cuatro cuadrantes (área publica, área ciega, área, oculta y área desconocida) es una potente herramienta de autoanálisis, porque desde ésta se nos permite ver algunas cosas, pero el tamaño y las formas de los marcos, impiden observar otros elementos que son muy valiosos para tener los argumentos definitivos con mucha más claridad, el color del cristal puede afectar la exactitud de la percepción del individuo, tal como el “Cristal” de las actitudes, se ejerce un impacto en la manera de ver y juzgar las circunstancias.


Por eso, es muy importante tramitar aquellas situaciones que afectan la vida de una manera más real, para garantizar una conducta y un comportamiento adecuado, no te puedes dejar llenar el tanque de la vida, con basura, porque probablemente tu vida se puede arruinar y convertir en eso, una basura.


Aunque muchos factores que afectan las aristas que conforman la estrella de la vida se encuentran bajo el control de la empresa donde se labora, también es cierto que los individuos pueden manejar e incorporar disposiciones personales que ayudan al entorno para convertirse en una afectividad positiva, como son las emociones, los optimistas, alegres, animosos, cortesía, pero sobre todo el respeto con los que se interactúa.


El pesimismo, los sombríos, la irritabilidad, las ofensivas y las faltas al respeto que producen una afectividad negativa, no pueden estar presente en las concurrencias que conforman esos elementos de las estrellas de la vida, porque como consecuencia de la insatisfacción se predisponen el sentido y destruyen la moral y la satisfacción grupal.


La circunstancia inspiradora de este escrito a manera de reflexión, está muy ligado a algo que me sucedió, pero que además me pasó en momentos de apremios y apuros por obligaciones propias de circunstancias laborales, buscando entender tal situación encontré en un libro de Daniel Goleman, que habla sobre el Poder de la Inteligencia Emocional lo siguiente:

Casi todos los elementos de los distintos modelos de la inteligencia emocional, encajan en cuatro dominios muy genéricos, la autoconciencia, la autogestión, la conciencia social y la gestión de las relaciones”; para el caso puntual, es sumamente imprescindible la gestión de la relación en cuyo desarrollo siempre estén presentes; El liderazgo inspirador, la influencia, la gestión de los conflictos, el trabajo en equipo y la colaboración.


Para la Inteligencia emocional es mucho mejor mandar con el Corazón, porque siempre pasa facturas a la productividad empresarial.

Febrero, 27 de 2021

Teléfono: 3017443705

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