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Peregrinaje

Actualizado: 17 oct 2022



La palabra peregrino tiene como definición, persona que va a un lugar sagrado, generalmente caminando por motivos religioso. Numerosas comunidades creyentes dedican cada año un tiempo para desplazarse a esos lugares; con el fin de rendir culto a Dios.


En esta oportunidad quiero dedicar este espacio al peregrinaje realizado por los miembros del Camino Neocatecumenal pertenecientes a la zona de Urabá. Este acontecimiento ocurrió durante los días 23, 24 y 25 del presente mes de septiembre del año en curso.


El recorrido fue desde Urabá hasta Bogotá y de allí al sitio denominado Mambre, lugar sagrado para los miembros de las comunidades Neocatecumenal.


Es una comunidad Católica dedicada al catecumenado consistente en el énfasis del bautismo, su preparación, seguimiento de Jesucristo, llevando a la practica lo denominado trípode, que consiste en la preparación y celebración de la palabra de Dios , la santa misa y la convivencia mensual. Para lograr esto se siguen todas las normas de la iglesia católica en un ambiente de hermandad y en obedecía al papa, obispos y sacerdotes de cada lugar.

Es de anotar que las anteriores actividades no se hacen junto con las celebraciones de todos los feligreses de las parroquias; puesto que para hacer parte del camino Neocatecumenal hay necesidad de hacer un cursillo de varias semanas organizado y dirigido por catequistas del camino Neocatecumenal.


En Colombia hay más de mil comunidades Neocatecumenal que están distribuidas en casi todos los departamentos. Estas pequeñas comunidades realizan peregrinaciones programadas por los catequistas. Y hace más de cincuenta años que existen las comunidades Neocatecumenal en el mundo, las cuales nacieron en España por un llamado que la Virgen María le hizo a Kiko Arguello quien fue luego secundado por Carmen Hernández Barrera los dos se dieron la tarea de darlas a conocer en todo el mundo.




El lugar de esta peregrinación es Mambre sitio de recogimiento, meditación y de oración permanente para las comunidades religiosas, es considerado como uno de los lugares más hermosos que existen en Colombia por su belleza, arquitectónica, exquisitez y amor, puesto que cada lugar está hacho con tal rigurosidad que se puede sentir el amor con que lo hicieron.


En Mambre forman a los presbíteros que provienen de las distintas comunidades Neocatecumenal de varias latitudes del mundo.


El trato que proporcionan los encargados del lugar es de tal calidad que quienes tienen la dicha por la gracia de Dios de ir a disfrutarlo se sienten como si ya estuvieran participando de la gloria en la tierra. Al llegar se siente un ambiente de tal magnitud que hace sentirse transportado a otro mundo en que los elementos de ese lugar parece que le hablaran al recién llegado dándole la bien venida y acogiéndolo en su seno con el cariño que está destinado a un hijo de Dios.


Si, así se siente el peregrino saludado por las cosas materiales como dormitorio, cama, baño, comedor salón de reuniones sitios de celebración religiosa, imagínense como es el trato de los residente a los recién llegados es excepcional, demostrando un cariño jamás visto en otro lugar, los encargados de recibir y atender a los peregrinos que cada vez llegan con más frecuencia a ese paraíso terrenal. Es tal calidad que no solo se siente el amor con que tratan a las personas; si no que casi se puede tocar la amabilidad de Dios expresada por los hermanos, de ahí que nadie quisiera despertar de ese sueño maravilloso trato proporcionado por aquellos servidores incansables.


Bueno les cuento que toda esa experiencia la tuvo recientemente un grupo de la zona de Urabá conformada por 96 personas de distintas comunidades Neocatecumenal, de los municipios de Apartadó, Turbo, Carepa y Arboletes de las cuales 20 eran jóvenes menores de 20 años, quienes disfrutaron al máximo esa oportunidad que Dios y la vida les brindó, se sintieron tan plenos que varios manifestaron su complacencia y el deseo que que hubiese sido más larga la permanencia allí.


Otros de los participantes se sintieron complacidos y agradecieron esa ocasión como un regalo de Dios.

Allí se puede comprobar que Dios en su infinita bondad acoge a todos aquellos que se dejan querer y cumplen con su voluntad.


Quienes por primera vez participaron en esta experiencia le manifiestan a los que no fueron que en el momento que Dios les brinde esta oportunidad que no la desprecien, ni se hagan los sordos y los ciegos para no oír y ver la misericordia de Dios manifestada en estos peregrinajes que son como un bálsamo para el alma, unas vacaciones a los malos momentos y una dicha para todo aquel que la vive.


También es la oportunidad para alejarse del mundanal ruido y de las asechanzas del mal


Darle un descanso al cuerpo y al alma disfrutando de estos lugares, con el fin alimentar el alma y el cuerpo algo que merecemos todos.







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