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El oficio de político



Por el profesor Wilger Medina Rebolledo


Para la ciencia política, el estudio de los políticos siempre ha ocupado un lugar prominente en la reflexión de la disciplina, desde Aristóteles, nunca ha dejado de estar presente en sus análisis, el concepto de animal político, para referirse al hombre en su oficio de político.


La complejidad del ser humano y el hecho de que los políticos se muevan en el seno de las instituciones, buscando modelar el comportamiento de las personas, impulsado en su quehacer por la ambición o por la vanidad, o por el miedo, exige reflexión desde lo moral, en tanto la política tiene que ver con acciones pensadas que suponen relaciones de poder en el ámbito de los asuntos públicos.


Desde sus orígenes, el oficio de político ha ido variando y evolucionando en paralelo a la sociedad en la que se desarrolla tal actividad, hoy se produce una relación muy especial entre la lógica de la democracia representativa, articulada en las elecciones y en procesos diferenciados de rendición de cuentas y en la actuación de individuos que se mueven en un escenario ambiguo. En el que se dan cita aspectos que no son necesariamente contradictorios o irreconciliables, como la ambición, la vocación, la vanidad, el altruismo, la influencia, el dinero, en fin, el manejo del poder.


Quienes se dedican al oficio de la política no solo entran en ella a través de las urnas; aunque estas son el mecanismo legitimador por excelencia, no cubren todos los vericuetos por los que se desarrolla el oficio, de hecho, los cargos electos son una minoría en el universo de la política.


El oficio de político, amerita un análisis profundo de carácter moral, en los elementos más importantes que influyen en la moralidad del hombre, la moderación, el equilibrio personal, la buena voluntad, que junto con el respeto y la honestidad son principios fundamentales para el oficio de político, no se trata solo de la retórica como portadora del pensamiento y la verdad, el tema es más racional que emocional.

La ética puesta a prueba y sopesada por sus actuaciones en diferentes espacios debe ser una opción de confrontamiento por aquellos ciudadanos que aspiran a ser representados, no es comprensible que algunas personas que tenga su actividad como oficio de político, provengan sus patrocinios del narcotráfico, o de industrias alimenticias que hacen daño a la salud y camuflan sus influencias con el patrocinio de quienes ejercen como políticos.


Los atributos principales para el ejercicio o el oficio de político, se transversalizan entre la pericia profesional y la ética, lo cual conlleva en emitir juicios sobre los valores de quien ejerce la actividad de o de quien lo tiene como ejercicio principal en el desarrollo o modo de gestionar la vida.


El sociólogo Max Weber, sitúa en el terreno de la ética las cualidades decisivamente importante para el político, su pasión por las causas, la mesura, entendida como la capacidad para dejar que la realidad actúe sobre el político, sin perder el recogimiento y la tranquilidad, es decir, el político tiene que guardar la distancia entre los hombres y las cosas, o lo que es lo mismo, diferenciar entre lo humano y la economía, la ética del político implica todo el sentido de la responsabilidad y de la convicción del hombre auténtico que puede tener vocación para el ejercicio de la causa política.


La ética se convierte en la guía del quehacer del político, en tanto son virtudes públicas, la ética, observa la política con sensibilidad y la entiende como la forma humana más alta de asociación, lo que pasa en la práctica, es que, su ejercicio se desarrolla en medio de una tirantez, propuesta por el hombre visto como animal político en medio de la competencia electoral.


Los humanos que ejercen el oficio de político deben poseer habilidades adecuadas y carácter moral, vocación para presentarse a las elecciones y energía para la competición, así las cosas, la moralidad del político lo puede llevar al éxito electoral, implica renunciar a la conformación de clanes políticos y negocios económicos familiares.


Para el ejercicio del oficio de político, la máxima del “todo vale”, no tiene espacio.


Febrero de 2022

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