Las luchas sociales
La resistencia al Gobierno del Presidente Duque se viene presentando desde muchos espacios, siendo más notorio la que se viene dando las calles con las marchas multitudinarias de personas reclamándole y diciéndole
que no están de acuerdo con sus propuestas legislativas y la forma como viene manejado este país.
Otro campo de lucha están siendo las redes sociales, donde se anunciaron millones de mensajes de rechazo a través de cadenas, memes y otras tantas formas de expresar el desacuerdo.
Son numerosos los mensajes de apoyo a las marchas, pero en contra de la violencia que se desata, otros solamente criticaban a los marchantes dándoles calificativos de vándalos, terroristas, vagos, flojos y otros calificativos peyorativos.
Un grupo muy reducido defienden al gobierno y sin ninguna clase de argumentos replican que la gente quiere todo regalado y que no le gusta trabajar como una forma de deslegitimar las causas de las protestas sociales, insinuando que tanto alboroto no es necesario.
Es pertinente recordarles a quienes quieren desconocer la historia, que la conquista de los derechos con los que contamos en la actualidad han sido producto precisamente de las luchas sociales, de rebeliones e incluso guerras y tragedias como la que ocurrió a un grupo de sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en Estados Unidos, por realizar marchas masivas en pro de mejoras laborales, que se iniciaron el 1 de mayo de 1886
El principal objetivo de estos protestantes fue reducir las horas de trabajo, las cuales eran de 16 a 18 horas diarias, además de salarios miserables y condiciones laborales de semi esclavitud.
Ante la presión de los paros, el presidente de Estados Unidos, Andrew Johnson, promulgó una ley que establecía las 8 horas de trabajo diario
El 8 de marzo de 1908, un suceso transcendental marcó la historia del trabajo y la lucha sindical en el mundo entero: 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo.
El motivo se debía a la búsqueda de una reducción de jornada laboral a 10 horas, un salario igual al que percibían los hombres que hacían las mismas actividades y las malas condiciones de trabajo que padecían.
El dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas del edificio para que las mujeres desistieran y abandonaran el lugar. Sin embargo, el resultado fue la muerte de las obreras que se encontraban en el interior de la fábrica.
Ese mismo año, el 3 de mayo, se realizó un acto por el día de la mujer en Chicago, preámbulo para que el 28 de febrero de 1909, en Nueva York, se conmemore por primera vez el “Día Nacional de la Mujer”.
Podría seguir citando muchos ejemplos y casos de conquistas sociales que se han logrado a través de las luchas contra la opresión de los Estados o los poderosos, pero lo que hoy llama la atención es sobre lo está ocurriendo con las marchas y protestas sociales que se quieren mostrar en los medios de comunicación tradicionales como una simple convocatoria de unos sectores opositores al gobierno que quieren fastidiar, expresar su odio y rabia por haber perdido las elecciones y que hoy son huérfanos de poder.
Un pueblo hastiado porque los recursos naturales de sus territorios son entregados sin ningún recato a las multinacionales y las migajas que llaman regalías junto con los ingresos que recauda por los impuestos, tasas y contribuciones es un botín que se lleva la corrupción en un alto porcentaje.
A todo lo anterior se le suma que es manejado por un gobierno indolente, que no lo escuchan sus clamores y las veces que lo hace incumple sus compromisos, que sólo le interesa quedar bien con un sector de la población, el más rico y poderoso.
Un gobierno que prometió inmunizar a las personas con las vacunas contra el Covid 19 y su plan avanza como más espectáculos televisivos que vacunas.
En síntesis, se tiene un gobierno en una nebulosa, donde el presidente no se dedica a gobernar sino a presentar programas de televisión, sus ministros y altos funcionarios haces las veces invitados especiales, libretistas, camarógrafos y todo cuanto se necesita para que se proyecte un video para entretener a los televidentes.
Como si fuera poco, las movilizaciones han sido satanizadas, estigmatizadas como infiltraciones de grupos guerrilleros y del narcotráfico y por ellos han sido enfrentadas como actos de guerra con el argumento retorico de que es una Revolución Molecular Disipada a la que hay que contener.
La presión local e internacional ha llevado al ejecutivo a emprender unos diálogos para frenar las movilizaciones con los menos indicados: con los políticos y los gremios económicos cuando debió ser primero con los están en las calles, esto da la impresión que es una forma desgastar el movimiento social y ganar tiempo para que se generen tensiones entre los manifestantes y la población de la ciudades por los efectos de los bloqueos y las acciones de unos vándalos que en varios casos se ha dicho y mostrado en la redes sociales que son infiltrados de las mismas fuerzas militares o simples anarquistas y resentidos que ven la oportunidad vengarse con la sociedad.
Sin dudas estamos en una de las peores crisis como pueblo, es la oportunidad de surgir como el ave fénix -de las cenizas-. El cambio no da espera, se necesitan nuevas estructuras para esta sociedad, nuevos liderazgos, más inclusión y sobre todo una verdadera democracia que interprete el anhelo de todos, porque si continuamos con el actual estado de cosas serán frecuentes estos episodios con las consecuencias ya conocidas.
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