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Mi punto de vista

Actualizado: 4 nov 2020

Arroz del Japon

Quiero iniciar este escrito recordando una antigua propaganda que publicaba una de las emisoras de Montería, en aquellos años cuando el valor de lo regional era válido.

“Pobrecito del Perú si se descubre el Sinú”.

Dicha emisora hacía un recuento de las maravillosas tierras de los valles del San Jorge y el Sinú como las mejores tierras de Colombia para la agricultura.


Si nos remontamos a épocas prehistórica encontramos vestigios de la agricultura de nuestros ancestros sobre todo en las ciénagas de Ayapel donde cultivaban todo el año porque lo hacían en unas terrazas sobre el agua.

Esas terrazas se pueden apreciar desde un avión las pocas que aún quedan porque la mayoría fueron arrasadas por la ganadería extensiva.

Bueno ahora les contaré lo referente al arroz procedente del Japón país del lejano oriente.

A finales del año anterior me di una pasadita por el almacén éxito de Montería y en los puntos donde están expuestos los granos me tropecé con sorpresa con bultos y bultos de arroz que muy claramente se leía que venían del país de las numerosas islas.

Cuál sería la extrañeza para mí que a la mente se me volcó el pensamiento de aquella propaganda que hacía referencia a las ubérrimas tierras de los valles del Sinú y San Jorge.

Sentí vergüenza, pena y rabia ante la impotencia por no poder hacer nada para subsanar tremendo error cometido por nuestro gobierno departamental y sobre todo nacional, por no valorar lo nuestro y darle cabida a todo lo extranjero por medio de las importaciones de productos agrícolas que se dan aquí a raudales.


Abandonando no sólo a las tierras sino a los campesinos que habitan el departamento de Córdoba, que siendo el de las mejores tierras, es también el que más mal tienen a su gente; porque se cultiva en abundancia el hambre de quienes están como cuidanderos o mayordomos de dichas haciendas ya que les tienen prohibido sembrar cualquier matas productiva de comida o tener animales domésticos.

No hay derecho que seamos tan miopes para que hagamos convenios tan leoninos que nos someten a importar más del cincuenta por ciento de lo que consumimos.

Eso es el producto de los convenios T.L.C. que nuestros gobernantes hacen con otros países, comprometiéndose a las exigencias de los gobiernos extranjeros que si saben defender sus conciudadanos.

Son también corresponsables los grandes terratenientes a quienes les preocupa solamente mantener el predominio de grandes extensiones de tierra, aunque no les produzca lo suficiente.

Ahora que fue aprobada una ley que obliga a los empleados del estado, al igual que representantes y senadores a presentar sus declaraciones de rentas y patrimonios; algunos han salido a decir que esas tierras son improductivas; entonces sino le producen ni siquiera para pagar el impuesto predial al que todo ciudadano está obligado a cumplir.


¿Por qué no la parcela y la entregan a familias que por lo menos pueden sacar el sustento de familia?.


De esta manera pueden contribuir a la solución de varios problemas como son: desempleo, falta de vivienda, desnutrición, violencia citadina, bajar el costo de vida, prostitución, robos callejeros, mendicidad callejera. Y de esta manera contribuyen en el abastecimiento de las ciudades.


Y de paso dejan de hacer el oso ante la ciudadanía que jamás le va a creer que no tienen con qué pagar los impuestos.

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