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Una mirada platonica al sector agropecuario



De acuerdo con la frase del premio nobel de economía Milton Friedman, que decía “Copien lo que los países ricos hicieron para hacerse ricos, no copien lo que hacen ahora que ya son ricos”.


Con esta frase, es que se debería asumir con determinación los retos macroeconómicos que hacen parte de la cartera del ministerio de agricultura. Puesto que para el presidente electo Gustavo Petro, de ahí surgen una serie de problemas socioeconómicos tales como; la inequidad en la repartición de tierras, el problema del latifundio que es considerado por el cómo un fenómeno económico improductivo que rezaga el crecimiento económico del país.


Sin embargo, para el próximo Ministerio de Agricultura en cabeza de Cecilia López, el punto de partida para abordar los desafíos agrícolas del país es a través de una reforma agraria. Según ella, con la nueva reforma agraria se buscará apalear la poca producción de alimentos en el país, ya que son cerca de 14 millones de toneladas de comida la que se importa de otros países.


Ahora, si miramos las estadísticas porcentuales y el diagnostico agropecuario del gobierno de Iván Duque, no encontramos datos positivos ni mucho menos una política de gobierno eficaz y orientada a la producción agraria del país. En estos días, el gobierno de Iván Duque, está entregando un sector agropecuario con un PIB del -3.3%; un sector rural con una pobreza por encima del 44% y una financiación de la producción agropecuaria que no supera el 7% en la distribución de la cartera comercial bancaria del país.


Las cifras anteriores sacan al descubierto la ausencia, precariedad, y los endebles lineamientos que se tejen en los marcos teóricos de las actuales políticas agrícolas. De tal modo, que el gobierno de Gustavo Petro, tiene la obligación de construir una política pública que ayude a los productores y empresarios del campo a eliminar los factores que les impide ser más productivos y competitivos; de cómo convertir el país en un referente de la agricultura sostenible; y cómo implementar estrategias que permitan producir el doble de alimentos con la mitad de recursos.

Pero más allá, de la implementación de una nueva política agraria, y de una reforma agropecuaria el punto de partida es tener de referencia el modelo de crecimiento económico agropecuario que implementaron los países que hoy por hoy son potencias en el sector de producción de alimentos. Para que se entienda citare varios ejemplos: Los españoles, crearon la ley 87/1978 para lograr que su sistema de seguros agrarios combinados sea uno de los mejores del mundo. De igual manera, deberíamos copiar el sistema de crédito brasilero que implantó la expresidenta Dilma Rousseff en el 2014, cuando le asignó a cada subsector agropecuario un cupo de financiamiento de acuerdo a las proyecciones de crecimiento e inversión que acordaba el gobierno con los respectivos gremios.


Y finalmente, ver como Holanda, implemento sistemas satelitales direccionados al sector agropecuario para tener información de los componentes químicos del suelo, su grado de humedad, la cantidad de nutrientes que tienen y el crecimiento de las plantas y su producción. Gracias a esta tecnología, Holanda logro producir 20 toneladas de papa en 4.000 m². En Cundinamarca, Nariño o Boyacá, se producen en el mismo espacio 9 toneladas. Llama la atención con preocupación y tristeza el grado de ineficacia que tenemos frente a estos referentes mundiales de producción de alimentos.


Termino con esto; como dicen por ahí, “Los que van adelante no van lejos, si los de atrás se apuran”. Ojalá, el gobierno del pacto histórico no sea un gobierno con vista miope, rezagado y lento frente a los desafíos del agro colombiano. Si lo que se promulga es el cambio, entonces el punto primitivo del mismo es, incentivar el crecimiento económico del sector agrícola para contrarrestar los índices de pobreza monetaria. Tratemos de pensar bien

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